domingo, 14 de febrero de 2010

Capítulo 3. Junto a la fuente.






Martes, otra vez la misma rutina, dije mientras me revolvía entre las sábanas blancas. Me asomé a la ventana, ¡qué buen día que hace, espero que no llueva!. Al cabo de diez minutos, bajé a la cocina, un olor a tostadas me abrió aún mas el apetito.

-Buenos días papá, ¿has visto que día tan bonito hace?-Dije con una sonrisa en la cara.

-Si, es curioso, ayer dijeron en el telediario que iba a haber lluvias.-Dijo mientras se tomaba su café.
-Bueno, aquí tienes tu desayuno.-Continuó diciendo.

-Oh, bueno gracias.

Acerqué el plato de tostadas hacia mi y con un ansia inmenso me comí las dos tostadas que habían en el plato.

-Michelle, ¿no tomas café?

-No, me lo compro en la cafetería de Roáis, hoy me apetece tomármelo allí, además le hago una visita.

-Bueno como quieras-Dijo extrañado.
Volví a mi habitación, esta vez a vestirme. Abrí el armario y comencé a buscar. ¿Me pongo esto?... no, demasiado "cursi"... Creo que me pondré este vestido con este cinturón y con estas sandalias... aunque estamos en otoño. Hoy no me maquillo, demasiada pereza y voy ajustada de tiempo, me hice un moñito y cogí mis cosas para ir a la cafetería. Al entrar al establecimiento, el olor a café reinaba por todos los rincones.

Me senté en la mesa más cercana a la entrada.

-¡Michelle, querida!- Dijo Roáis caminando con gran velocidad.

-Roáis, cuanto tiempo sin verte, la verdad es que te veo mas guapa.-Dije con tono amable.
-Bueno, ¿qué te pongo? ¡Invita la casa!

-Bueno un capuchino con caramelo

-Marchando.

-Por favor no tardes que tengo que ir a la universidad, mejor pónmelo para llevar.

-No hay problema.

Tras esperar 3 minutos, el café ya estaba dentro de la bolsa y listo para cogerlo y marchar.

-Hasta luego Roáis.-Dije mientras hacia un gesto con la mano.

-Ciao , querida.

Salí de la cafetería , y me dirigí a toda prisa a la universidad. Por suerte el café todavía no se me había acabado y me lo pude tomar mientras subía por ascensor, ¡qué buena combinación hace el caramelo con el sabor del café! pensé.

Tras llegar a la planta deseada entré al aula y me senté en el único sitio libre que había: al fondo del todo, menuda suerte.

-Hoy iremos de excursión al Jardín Botánico.

-Y llevaremos blogs de dibujo para dibujar el paisaje que vosotros queráis.-Anunció la Srta. Pipper.

Me parecía buena idea, esas cosas me hacen sentir bien y me ayuda a relajarme.

Cogimos todos nuestras pertenencias y nos dirigimos a la salida, allí nos esperaba un autobús.

Según nos ha dicho la Srta. Pipper, la otra clase de arte también irá.

Tras llegar al jardín, todos nos dispersamos, yo fui a la parte de la fuente, me senté en un escalón y busqué algún sitio que me inspirara.

Mientras trazaba líneas, alguien se puso detrás mía.

-Bonito dibujo.-Dijo con voz dulce y serena.

Me di la vuelta y le contesté un poco insólita.

-Gracias.
-Me llamo Stefano, Stef para los amigos.-Dijo mientras se sentaba en el escalón.

-Michelle, Michy para los amigos.-Dije sonriendo.

-¿Qué haces aquí sola?
-Buscaba tranquilidad, ¿tu no dibujas nada?-Pregunté mientras ocultaba mi cara de vergüenza.

-Espero, el momento perfecto.
Stefano era moreno, de piel de color café con leche, ojos considerables de color verde azulado, y un pelo corto de color bruno.
-Bueno, encantado de conocerte me voy a buscar inspiración.
Se fue alejando con pasos cortos.

Aún seguía enrojecida, seguí con mi dibujo, esta vez menos concentrada que antes.

A lo lejos pude oír a la Srta.Pipper llamando a los alumnos.

-Chicos, es la hora de almorzar, si quieren coman y seguimos después.

Tras varios segundos, todos los chicos y chicas se agruparon en pequeños grupos de amigos. Yo no conocía a nadie, ni siquiera a los de mi clase. Me aparté de ellos y me senté junto a otra fuente mas cercana a la anterior. No tenía hambre, ni siquiera sabía si tenía comida. Con las piernas encongidas y las manos cruzadas me pasé la media hora.
La Srta. Pipper reanudó la excursión y enseguida los grupitos se dispersaron.
Volví a la fuente, mi dibujo estaba casi terminado, solo le faltaban unas cuantas líneas sobre la parte izquierda superior.
Ahora solo le falta color, pensé. Saqué mi estuche lleno de lápices de colores, unos de la marca Faber Castle y otros de Milán, estos últimos eran de menos calidad.
¡Por fin! exclamé mientras alzaba las manos al aire.
La Srta.Pipper nos reunió de nuevo en el mismo sitio donde habíamos descansado.
-La excursión ha finalizado, es hora de irse.Por favor suban al autobús.
Todos recogimos nuestras cosas y subimos al autobús. Al llegar a casa, saludé a mi padre y subí las escaleras con extenuación, me pusé algo cómodo de ropa y me quedé pensando en lo ocurrido...siento como mariposas en la barriga, como un cosquilleo. Algo pasa.

3 comentarios:

  1. Love it <3
    Cada vez está mejor y más interesante...
    Me encanta Dani :)
    A ver si Marta coge tu ejemplo y publica ya... ¬¬

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  2. hola! tienes premio en mi blog! pasate lo antes posible! ;)

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  3. Me encanta! :) Sigue escribiendo así de bien.
    Por cierto ya publiqué el capítulo, Besos.

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