Lunes por la mañana, el sol deja ver sus tenues rayos a través de mi ventana. Quizá hoy no llueva... son casi las nueve y media, me pongo mis zapatillas y bajo al salón a desayunar, mi padre seguía durmiendo, o quizá se haya ido al bar, todavía no comprendo por qué no me habla.
Después de haber desayunado volví a mi cuarto, esta vez a elegir la ropa que me iba a poner para la presentación de la universidad. ¿Un vestido? No, no, muy atrevido y demasiado "fresco" para otoño. ¡Ya sé! Me pondré aquella falda de tablas de color beis que me regaló Alessa, combina con mi camiseta color rosa palo y mis botines de color negro. Tras vestirme fui al baño a maquillar mi pálida cara, cogí mi lápiz de ojo de color negro y trazé la linea bajo mis pequeños ojos , después un poco de colorete para darle color a mis blancos pómulos y finalmente un tono rosa para mis finos labios.
¿Y en el pelo? Fácil, pelo suelto. De repente oigo un ruido en el salón. Era papá, había regresado del bar supongo.
-Hola papá.
-Hola hija, ¿qué tal?- Dijo serio.
-Pues bien, ¿vienes del bar?
-Sí, estoy un poco cansado, creo que me voy a dormir otra vez.
-¿No me llevas a la presentación de la universidad?
-No, tendrás que irte en taxi.
-Pero está lloviendo y...
-Te irás en taxi y ya está.
-Pues que descanses-Dije en un tono de enfado.
Se fue a su cuarto y me dejó sola, el silencio volvía a reinar en el salón, salvo el sonido de la lluvia que sonaba con un suave goteo y dejaba sonar un relajante sonido. Mientras esperaba a que se hiciera la hora, alguien tocó el timbre. Era Alessa.
-Michy, vamos te llevo, ¿quieres?
-Ay...-Suspiré.
-Eres mi salvación, mi padre no me quería llevar.-Dije con tono de alivio.
-Venga que se nos hace tarde.
Cogí mis cosas y subí al coche.
-Te has puesto la falda que te regalé por tu cumpleaños.-Dijo mientras la tocaba.
-Sí, la encontré en mi armario y todavía no me la había puesto.
-Chicas, ya hemos llegado.-Interrumpió Alicia, la madre de Alessa.
-Gracias mamá.-Dijo Alessa mientras le daba un beso en la mejilla.
-Adiós Alicia.-Dije con tono amable.
Al bajar las dos, fuimos corriendo hacia la puerta. Cuando entramos Alessa se fue a su clase, yo no conocía nada de como funcionaba esto así que fui a secretaria a preguntar.
-Hola, soy Michelle Colins, vengo a la clase de dibujo artístico.
-Hola, a ver deja que mire...¡Ah si! Estás en la clase del segundo piso , 1ºC.-Dijo mientras tecleaba.
-Muchas gracias.
Cogí el ascensor y marqué el piso dos, primero paró en el primer piso y subieron varias personas, después se paró en el segundo y salí de aquel respiradero humano. Pude ver sin dificultad la clase, entré y me senté en una silla. La tutora nos explicó las instalaciones de la universidad, nos dijo que contábamos con una cafetería y una biblioteca muy espaciosa; y también un patio con gradas donde a veces se hacen partidos de baloncesto y de fútbol. Después paso lista y mas tarde nos fuimos, a la salida vi que Alessa se iba en coche, de repente una chica se acerca a mi, era la secretaria.
-¿Has encontrado la clase?
-Si, sin problemas gracias-Dije con una sonrisa.
-Por cierto me llamo Sofía, y ya sabes donde encontrarme.
-Michelle encantada.
-¿A quién esperas?
-A que mi padre se despierte y me lleve a casa, pero no creo que esté despierto.
-¿Te llevo?
-No tranquila, no hace falta ya cojo yo un taxi.
-En serio yo te llevo.
-Si no es molestia...gracias -Dije mientras subía al coche.
-Para mí no es una molestia cariño.
Tras media hora de trayecto por fín llegué a casa, me bajé y le di otra vez las gracias a la Señora Sofía. Abrí la puerta de casa, olía a comida recién hecha, me acerqué a la cocina y estaba mi padre preparando un rico estofado.
-Hola papa, ¡qué bien huele eso!
-Hola, toma aqui tienes el plato de estofado.-Dijo mientras lo colocaba encima de la mesa.
-Gracias.
-¿Qué tal la presentación?
pensé: ¡Por fin se preocupa por mi!
-Pues bien , mañana voy a comprarme el material y despues los libros, necesito que me des un poco de dinero.
-No hay problema, te lo doy mañana cuando cobre en el restaurante ¿vale?
-Si, si.
-Oye hija, respecto a lo de mi enfado..,
-No pasa nada papá, perdonado estás.
-Gracias hija.
Pasamos una comida muy tranquila donde el silencio se expiraba y las risas venían. Cuando terminé de almorzar subí a mi cuarto y me quité los incómodos zapatos, después me puse la "ropa de andar por casa" y me fui a la cama a descansar un poco.
Me encanta.
ResponderEliminarY tu modo de escribir a mejorado mucho :)
Sigue así Dani! ^^
Ya lo leí hace tiempo pero ES FANTÁSTICO!
ResponderEliminarEscribe pronto!